Cuando haces un viaje a algún lugar, y decides aprovechar el tiempo para leer un libro, el trayecto se hace corto, las horas pasan volando sin darte cuenta, no te enteras de lo que pasa a tu alrededor porque tu estas metida en la historia, sintiéndola en tu piel y viviendola en tu cabeza, y cuando llegas a tu destino piensas: ¿ya he llegado? ¡Quiero seguir leyendo!

Eso es lo que me pasa cada vez que leo, independientemente de si estoy viajando o no, la única diferencia cuando viajas es que lees para entretenerte mientras esperas para llegar a tu destino con la ventaja de que parece que llegas antes.